
STATUS QUO
Cuba está altamente comprometida con los esfuerzos globales para enfrentar el cambio climático y sus devastadores efectos, como tambien el desarollo sostenible.
Existe una probada voluntad política por parte del gobierno cubano, que se refleja en su conducta ética, en los permanentes esfuerzos en la promoción e implementación de acciones nacionales para combatir el cambio climático y honrar los compromisos internacionales del país; así como en la disposición de compartir sus experiencias y buenas prácticas con otras naciones como muestra de la cooperación solidaria que preconiza la Revolución Cubana.
En este contexto, el país ha obtenido importantes resultados en el enfrentamiento al cambio climático y para el desarrollo del país.
Posterior a la adopción del Acuerdo de París, el Gobierno cubano ha continuado fortaleciendo sus esfuerzos nacionales y construyendo un marco ambicioso de acciones de adaptación y mitigación. En ocasión de la Cumbre sobre la Acción Climática, convocada por el Secretario General de la ONU en septiembre de 2019, Cuba presentó algunos de sus resultados más significativos y las proyecciones de sus políticas públicas para el enfrentamiento al cambio climático, como parte de las iniciativas que contribuyen a los esfuerzos globales que hoy tienen lugar. En esa ocasión se informó sobre el trabajo nacional en una plataforma de acción más amplia y ambiciosa que la formulada en la propuesta de Contribución Nacionalmente Determinada de noviembre de 2015.
Estas Contribuciones deben ser examinadas en el contexto de las Responsabilidades Comunes pero Diferenciadas de las Partes de la Convención, lo cual implica, entre otros elementos, que poder materializar los compromisos expresados por los países en desarrollo, demanda de recursos financieros, transferencia de tecnología y creación de capacidades, que de forma incremental deben aportar los países desarrollados, conforme a sus obligaciones establecidas en la Convención Marco y el Acuerdo de París
EL CAMBIO CLIMÁTICO EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DEL PAÍS
La nueva Constitución de la República de Cuba, aprobada en 2019 por referendo popular, se refiere expresamente al cambio climático en el contexto de las relaciones internacionales y conforme a su Artículo 16, Inciso f “promueve la protección y conservación del medio ambiente y el enfrentamiento al cambio climático, que amenaza la sobrevivencia de la especie humana, sobre la base del reconocimiento de responsabilidades comunes, pero diferenciadas; el establecimiento de un orden económico internacional justo y equitativo y la erradicación de los patrones irracionales de producción y consumo”.
Las Bases del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030 constituyen la principal herramienta del país para lograr sus objetivos de un desarrollo próspero, económica, social y ambientalmente sostenible, que sea resiliente y menos intenso en emisiones de carbono.
El enfrentamiento al cambio climático es identificado como prioridad en las Bases del Plan. En particular el “Eje estratégico: Recursos naturales y medio ambiente” declara como uno de sus tres Objetivos generales: “Fortalecer las capacidades nacionales para la adaptación al cambio climático” y refrenda entre sus “Objetivos específicos”, seis que se refieren al enfrentamiento al cambio climático y se relacionan a continuación.
Lineamiento 237. Continuará desarrollándose el programa hidráulico con inversiones de largo alcance para enfrentar el impacto del cambio climático y materializar las medidas de adaptación: la reutilización del agua; la captación de la lluvia; la desalinización del agua de mar y la sostenibilidad de todos los servicios asociados, que permita alcanzar y superar los objetivos de desarrollo sostenible.
En abril de 2017 el Gobierno adopta el Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático, conocido en la sociedad cubana como “Tarea Vida”. El Plan se estructura en 5 Acciones Estratégicas, y 11 Tareas. Las Acciones 1, 3 y 5 se ocupan de los asentamientos costeros vulnerables y orientan, sucesivamente, no permitir las construcciones de nuevas viviendas en los asentamientos costeros amenazados que se pronostica su desaparición por inundación permanente y los más vulnerables, y reducir la densidad demográfica en las zonas bajas costeras (AE 1); desarrollar concepciones constructivas en la infraestructura, adaptadas a las inundaciones costeras para las zonas bajas (AE 2); y planificar los procesos de reordenamiento urbano de los asentamientos e infraestructuras amenazadas, comenzando por medidas de menor costo, como soluciones naturales inducidas (recuperación de playas, reforestación). (AE 5).
Las 11 Tareas del Plan, cubren una amplia gama de acciones. La No.1 da cumplimiento a la indicación de priorizar zonas vulnerables, identificadas en el Anexo 1 del Plan de Estado. Se trata de medidas para la protección costera de las ciudades, relocalización de asentamientos humanos, recuperación integral de playas, manglares y otros ecosistemas naturales protectores, obras hidráulicas y de ingeniería costera, entre otras.
Las Tareas siguientes se ocupan del marco legal (Tarea 2), las playas (Tarea 3), la disponibilidad y uso eficiente del agua (Tarea 4), la reforestación (Tarea 5), los arrecifes de coral (Tarea 6), el ordenamiento territorial y urbano (Tarea 7), el fortalecimiento de los sistemas de monitoreo, vigilancia y alerta temprana (Tarea 9), la elevación de la percepción del riesgo, el aumento del nivel de conocimiento y el grado de participación de toda la población (Tarea 10), y la búsqueda de financiamiento internacional (Tarea 11). De particular complejidad es la Tarea 8 que indica implementar y controlar las medidas de adaptación y mitigación al cambio climático derivadas de las políticas sectoriales en los programas, planes y proyectos vinculados a 12 sectores priorizados
Perfil climático (vulnerabilidades, adaptación)
El clima en Cuba es hoy más cálido y extremo. Desde mediados del siglo pasado la temperatura promedio anual ha aumentado en 0.9 grados Celsius. La última década del pasado siglo y la primera del presente han sido las más cálidas de acuerdo a las mediciones históricas de la temperatura. Se ha registrado el ascenso del nivel del mar en los últimos cuarenta años según mediciones en varios puntos del archipiélago cubano. La disponibilidad de agua disminuye; los resultados demuestran que en el presente ha disminuido más del 20% respecto al año 1990.
Se ha observado una gran variabilidad en la actividad ciclónica y en la actualidad se manifiesta una etapa muy activa. El régimen de lluvias está variando. En las últimas décadas las lluvias en el período seco han aumentado y disminuyen en los meses húmedos. La frecuencia y extensión de las sequías se ha incrementado significativamente desde 1960; con daños mayores en la región oriental.
Se estima una reducción significativa del potencial hídrico a escala nacional, regional y local. El impacto del cambio climático sobre los recursos hídricos será una de las afectaciones más importantes del cambio climático, debido al carácter estratégico del agua para el desarrollo del país, en particular de la agricultura. Las investigaciones realizadas demuestran que los recursos hídricos aprovechables podrían ser el 60% de los existentes hoy en día, acrecentándose la competencia existente entre la disponibilidad de agua, la creciente demanda humana y la necesidad de mantener el equilibrio de los ecosistemas.
El nivel medio del mar aumenta. Las proyecciones futuras indican ascensos que implicarían una disminución lenta de la superficie emergida del país y la salinización paulatina de los acuíferos subterráneos costeros, por el incremento de la intrusión salina y el consecuente avance de la “cuña salina”. Por su parte la sobreelevación del nivel del mar debido a los huracanes intensos y otros eventos meteorológicos extremos continuará representando un peligro importante del cambio climático para el archipiélago cubano por las inundaciones costeras y la destrucción del patrimonio natural y humano cercano a la costa.
De manera general, se puede asegurar que el clima cubano transita de su condición de tropical húmedo a tropical seco, con temperaturas promedio superiores a los 30°C, aproximadamente 1000 mm de lluvia promedio anual y 70 días con lluvia, condiciones que propiciarán el desplazamiento de los paisajes secos de la región oriental hacia otras zonas del país. Se puede asegurar que la temperatura del aire continuará incrementándose, de manera consistente con las estimaciones hechas en modelaciones anteriores realizadas en Cuba, pudiendo llegar a 4.5°C. El mayor calentamiento se producirá fundamentalmente en el período más cálido del año, señal que será más clara a medida que avance el tiempo.
La precipitación mantendrá la tendencia estimada al descenso. Disminuirán los días con precipitaciones; aumentarán las grandes precipitaciones y las precipitaciones intensas; y se incrementarán en intensidad y duración los procesos de sequía. La radiación solar aumentará, en correspondencia con la disminución de la cobertura nubosa. húmedos. La frecuencia y extensión de las sequías se ha incrementado significativamente desde 1960; con daños mayores en la región oriental.
Se estima una reducción significativa del potencial hídrico a escala nacional, regional y local. El impacto del cambio climático sobre los recursos hídricos será una de las afectaciones más importantes del cambio climático, debido al carácter estratégico del agua para el desarrollo del país, en particular de la agricultura. Las investigaciones realizadas demuestran que los recursos hídricos aprovechables podrían ser el 60% de los existentes hoy en día, acrecentándose la competencia existente entre la disponibilidad de agua, la creciente demanda humana y la necesidad de mantener el equilibrio de los ecosistemas.